Es la 1 de la tarde y Jenery acaba de terminar la jornada en el Centro de Día Meridional Trujillo, Perú. Desde las 9 de la mañana, ha asistido a clases de refuerzo, actividades deportivas, terapias de aprendizaje… Aquí también almuerza y disfruta de juegos y talleres, con el resto de sus compañeros, hasta que se hace la hora de volver a casa con su familia.

Esta es la realidad que viven los 115 menores atendidos en el Centro. Durante la semana reciben asesoría psicológica, terapia de aprendizaje, atenciones presenciales individuales, sesiones de deporte (skate, fútbol…) y talleres de alimentación saludable e inglés.

Tras las más que merecidas vacaciones, los estudiantes han comenzado el nuevo curso escolar. “Comenzamos en 2020, en plena pandemia, atendiendo a 60 menores. Los inicios fueron complicados, pero ahora podemos afirmar que los esfuerzos están dando sus frutos. Actualmente el Centro se ha convertido en un segundo hogar en el que afianzar hábitos y rutinas. Tanto es así que casi hemos duplicado las plazas, habilitando 3 aulas nuevas y reestructurando los horarios, cambiando un día de semana por el sábado, y así trabajar el afianzamiento académico y facilitar que los niños asistan de manera regular” comenta Blanca Ganoza, directora del Centro de Día Meridional Trujillo.

Esta vuelta a la normalidad ha impulsado nuevas actividades como sesiones de relajación, musicoterapia, un taller de panadería y una academia de Fútbol. También continúan las actividades de promoción integral para la familia, tan necesarias para reforzar el entorno de los niños. Un ejemplo de ello es la Ecoferia Huanchaquito, cuya última edición fue el pasado 7 de mayo por el día de la Madre. En este evento participan las madres de los menores del Centro de Día y se ha ido consolidando en estos años como una red de apoyo para mejorar la economía local de las familias.

La Fundación seguirá apoyando la labor del Centro de Día Meridional Trujillo para que pueda llegar, cada vez, a más personas.